viernes, 9 de septiembre de 2011

ESOS SONIDOS QUE SE REPITEN EN MI ALDEA CADA NOCHE CUANDO LA LUNA MUESTRA ESA CARA QUE NO VERÉ JAMAS...




MOONFACE: ORGAN MUSIC NOT VIBRAPHONE LIKE I'D HOPED (2011)

La Luna, ese esférico satélite que se posa cada noche instantes después de cuando el Sol se oculta, dejando ver esa cara que tiene y es la que se proyecta en la superficie de cada noche, ese elemento solitario, melancólico, que inspira, que transforma a las personas, cuando sus tonalidades plateadas de cada noche son absorbidas, su luz con forma circular que puede alterar la apariencia física, pero que siempre incita a una transformación constante en las sensaciones internas de la mayoría de las personas en cada uno de sus sentidos; ese círculo que se hace acompañar junto con la noche por diversos sonidos que se propagan, escuchan y mezclan durante el periodo de tiempo en lo que esta postrada allá arriba, solo basta con voltear la mirada al cielo obscuro y ver como se desplaza lentamente entre sombras rotando alrededor; tal vez solo veamos una parte de ese disco y sus cuatro fases que la fragmentan en diversas etapas, pero que sigue ocupando su espacio nocturno y místico noche tras noche.
Pero ¿Qué existirá en esas zonas y en esa cara de la luna que nunca vemos? Ese lado obscuro que permanece oculto, ese lado de la Luna, esa zona en donde probablemente existen pequeños cráteres que generan sonidos repetitivos con secuencias y beats sometidos bajo una falta total de gravedad y que suenan por espacios determinados de tiempo, conjuntándose con relieves, con formas y elementos abstractos que poseen algunos colores que no son monocromáticos, ni plateados, justamente creo es ahí donde Spencer Krug se quiso instalar y lograr capturar algunos sonidos de fragmentos encontrados que se pueden reconstruir y armonizar empleando instrumentos digitales, repitiendo de manera rítmica sonidos secuenciales en donde un viejo órgano juega un papel importante, junto con el uso mínimo de guitarras y sonidos de batería que se duplican en intervalos de tiempo precisos creando melodías que integran a esa parte de la cara en la luna que existe en algún lugar que no vemos, pero que podemos imaginar como serían esos sonidos que probablemente ahí se generan al escuchar el más reciente disco de Moonface.
Moonface uno de los múltiples proyectos de Spencer Krug, ante el anunciado retiro y probable separación deWolf Parade, y el receso creativo de otros proyectos donde colabora como: Swan LakeSunset Rubdown yFrog Eyes; la inquietante creatividad de Spencer tuvo cause y sentido en este nuevo proyecto en solitario que desde el 2010 anunciaba que algo se traía entre manos con su primer EP llamado: “Dreamland EP: Marimba and Shit-Drums (Jagjaguwar, 2010)”, con una canción de cerca de 20 minutos y qué como el titulo del EP indica se basa para la creación de esta larga melodía principalmente con el acompañamiento de este instrumento: una marimba, que bajo el cobijo de la voz de Spencer y algunos instrumentos extras surge ese EP que sirvió como preámbulo para lo que vendría un año después.
En el 2011 Spencer Krug crea varias canciones de las cuales solo cinco integran esta nueva placa llamada “Organ Music Not Vibraphone Like I’d Hoped (Jagjaguwar, 2011)”. Deja a un lado el empleo del vibráfono que sobresalía en el EP y lo sustituye por un órgano el cual es empleado como un excelente recurso musical y apoyo principal para romper con algunas secuencias repetitivas por algunos momentos en cada canción. Al escuchar el primer track “Return To The Violence Of The Ocean Floor” de este su nuevo disco, la cual inicia con una serie de sonidos como si hubieran sido creados por una maquina de videojuegos, que junto con armonías insistentes y un órgano experimenta con una larga melodía en donde la violencia en el fondo del mar se mantienen junto con la arena, en una densa playa donde el espíritu de un escritor deambula tratando de dejar todo en ese océano que junto con la luna es alterado; el órgano siempre utilizado en un primer plano e incluso con algunos solos de este instrumento, bajo toda la estructura musical de loops secuenciales en donde Spencer comienza a cantar (narrar) cada una de estas canciones con estupenda estructura lírica.
El disco gira y continúa, “Whale Song (Song Instead Of A Kiss)” desde los primeros segundos de esta canción esos sonidos electrónicos hipnotizantes que se reproducen una y otra vez logrando que estos se queden grabados en la atmosfera, elementos que recorren el oído hasta qué, ese organillo que prolifera en toda la canción se entremezcla con letras de estructuras complejas. “Fast Peter” tercer tema en donde Spencer se hace acompañar en la vocales por Camilla Wynne Ingr (Sunset Rubdown) y nos narra una historia de amor que Peter siente por una chica que habita un lugar lejano en donde su único medio de comunicación es el monitor de una computadora, tan lejos de ella que algún día abandonará su pueblo para conseguir estar a su lado, dejando todo atrás y tan rápido; pero tal vez todo esto es tan lejano como la luna, o tal vez ella no existe, y él esta solo bajo el estado emocional que una droga provocó y los dos forman parte de esta fugaz y cambiante vida que se “crea” junto con la tecnología, donde el amor puede surgir sin estar presentes físicamente dentro de escenarios virtuales que se imaginaron, acompañados de sonidos secuenciales desquiciantes por momentos al inicio, y que bajan de intensidad casi al final de los ocho minutos de duración y que invitan a quePeter corra para que cumpla con su propósito de llegar a ese lugar tan sólo para estar con ella.
El disco fluye entre extraños sonidos que fueron liberados hasta llegar al cuarto track “Shit-Hawk In The Snow” en donde, para estas alturas esa gama de secuencias que fueron diseñadas para cada melodía invadieron por completo ese espacio temporal y sin proponerlo te encuentras inmerso en una zona en la que algunos de esos sonidos replican cada segundo, atrapando al oído y progresivamente avanzan hasta llegar a traspasar esas fibras que hacen mover alguna parte del cuerpo que se transforma, logrando transportar esos momentos para viajar a algún lejano lugar, casi tan cerca de la luna.
El disco cierra con “Loose Heart=Loose Plan” la canción más densa, con letra que culpa de esa tristeza al viento que se desplazo por extraños pasajes de los años ochentas, canción estructurada con una secuencia más lenta de batería y sonidos en donde siempre sobresale ese órgano que impera en esos minutos, un buen final que deja con ganas de repetir cada instante que pasó tan rápido con canciones que se quedan en la memoria logrando con ello un excelente y arriesgado experimento, en donde Spencer se olvida de lo que hace en sus otros proyectos y juega con la música creada por un órgano, con solos de órgano por así decirlo, que junto con loops, tambores, batería, una que otra guitarra y varias capas de sonidos hipnotizantes que se propagan incansablemente por espacios de tiempo de 6 a 8 minutos y en donde la Luna y la Noche pueden reposar, sin temor a ser olvidadas con el amanecer.
Disco en el que Spencer Krug toma influencias del pasado en la forma de interpretar y cantar; por momentos lo relacioné con esa particularidad que posee al gran David Bowie, pero de igual manera me remite a personajes más actuales y con los cuales Spencer ha trabajado, como a su compañero del grupo Swan Lake el también prolífico Dan Bejar (The New Pornographers y Destroyer), aprendiendo de ellos esa interpretación narrativa al cantar, por lo menos así lo siento cuando escucho algunas de las canciones de este corto disco de largas melodías que Moonface creó.
El disco esta editado por http://www.jagjaguwar.com/ mezclado por Jace Lasek (The Besnard Lakes) en los estudios “Breakglass”. En la pagina oficial de Moonface se puede descargar una canción extra “The Way You Wish You Could Live In The Storm” de manera gratuita http://moonface.ca/ la cual cuenta con esta estética electrónica secuencial y sonidos organilleros con la que se ideo este gran disco experimental, que seguramente no estará en ninguna lista al final del año, pero que vale la pena escucharlo y tenerlo para “viajar” con sonidos que se alternan, que se repiten de forma consecutiva, hasta llegar a esos lejanos lugares donde se origina esa luz de luna, en la otra cara que ella posee.

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