Reseña: The Besnard
Lakes
Until in Excess,
Imperceptible UFO
(Jagjaguwar, 2013)
Por: Pako Maple
He
permanecido dando vueltas en un sendero obscuro con fragmentos de hielo que se
derriten al caminar, me desplazo en una elipse interminable entre líneas sin
rumbo, con destinos indefinidos, no sé si es de día o de noche, no importa en
este lugar, a veces dentro de toda esa excesiva obscuridad observo al cielo
buscando entre tantos tonos monocromáticos algunos objetos luminosos con formas
diferentes a esta elipse, objetos que viajen en ese espacio estelar trazando
líneas multiformes para poder llegar a todos aquellos lugares a donde nadie ha
ido; viajar entre lejanas galaxias hasta encontrar aquella donde todo lo que
perdí esté esperando, como cuando no estuve; reproducir todos aquellos sonidos
que escuche y transformarlos en pinturas que queden impregnadas por años en
cada uno de los lugares por donde me desplazo para no olvidar por donde llegue;
reconocer espectros de siluetas difusas que nunca relegué; descubrir colores
que no existen aunque iluminen zonas en las que ya no estaré… y seguir
“brincando” de una a otra galaxia hasta descubrir ese lugar donde el cielo y la
tierra dejaron de existir; recrear atmósferas que se transforman a cada
instante formando el ambiente ideal para no perderme cuando todo se torne
obscuro de nuevo y seguir por caminos lejanos hasta encontrar algunos puentes
en el cielo que sólo he visto en aquellos sueños que quedaron sin concluir;
puentes que al principio son obscuros pero que poco a poco mientras camino una
tímida luz los ilumina y me acompaña.
Conforme
me aproximo al final de aquel lado del puente esa luz es de mayor intensidad
creando un ambiente conceptual para que todo trasmute, con sonidos agradables,
apacibles, con armonías y coros celestiales que iluminan cada instante pero que
por momentos me devuelvan a esa obscuridad, sólo que ahora, ya no será la
misma, al menos no como aquella que conocí en esos sueños inconclusos. He
permanecido allí, he visto objetos en el cielo llenos de luces que surcan el
espacio exterior en donde se reconstruyen elementos idóneos que permiten
desplazarme con sonidos cargados con pinceladas de rock psicodélico, low-fi;
densos, épicos, celestiales, junto con la sonoridad de diversos instrumentos de
donde surgen notas perfectas, sublimes, que me guían por ese sendero con esa
sensación de vacíos y llenos, irónicamente, que se conjugan en un lapso de
tiempo en donde espléndidas armonías con coros y solos de guitarras a manera de
susurros, con una serie de elementos musicales que se entrelazan, forman
enormes pasajes visuales y lugares inimaginables en donde nadie más ha estado;
ahora viajo por túneles en el cielo a un extraño y agradable lugar.
The
Besnard Lakes, una de mis bandas favoritas, regresan con su cuarto disco de
estudio, una hermosa obra de ocho melodías que te envuelven en atmósferas
contrastantes de luz y obscuridad en una densidad armoniosa, épica, y
celestial. Después de diversas colaboraciones que van desde el soundtrack para
la película Sympathy for Delicious, la producción de algunas bandas
canadienses, y uno que otro EP, regresan este 2013: Jace Lasek como mente
maestra en la composición, producción y arreglos, junto con su esposa Olga
Goreas y la estupenda familiar compañía de Richard White (guitarra) y Kevin
Laing (batería) hacen de este disco una verdadera joya, llena de momentos
gloriosos con armonías que elevan esa alma musical que habita en algunos
cuantos seres. En esta ocasión colabora con ellos el polifacético y
multi-instrumentista Spencer Krug (Wolf Parade, Moonface, Sunset Rubdown, Swan
Lake, Frog Eyes) aportando elementos musicales disonantes, perfectos para crear
ambientes “extraños”, contribuyendo con sutiles sonidos de marimba y vibráfono,
proporcionando una instrumentación diferente y única a este nuevo trabajo de
The Besnard Lakes titulado Until in Excess, Imperceptible UFO.
A
lo largo de estas melodías logran conjugar una serie de elementos sonoros que
trasmutan una parte del cuerpo a lugares insospechados, a lejanos mundos donde
sonidos con tintes shoegazer, con “tímidas”, dulces, e inquietantes vocales
recorren cual escalofrió en la piel por espacios sinfónicos; melodías épicas
magistrales que rompen en un ambiente sonoro casi celestial. Tenía meses que un
disco no me producía esa sensación de que todo puede cambiar al cerrar los
ojos, que se puede “viajar” al escuchar y saber que al final todo estará
bien. Todo con melodías sofisticadas,
elegantes, con una estética espacial que recorren diversos lugares entre
galaxias e instantes sonoros llenos de excelentes armonías. Desde la primera
canción “46 Satires” se cubren con una “tímida y fría” voz de Olga Goreas, la
cual lentamente va derritiendo espacios diversos mientras avanza hasta
encontrar ese sentido poético que hace que todo cambie con magníficos solos de
guitarras, casi a manera de susurros que se empeñan en congelar los oídos
mientras los coros de fondo se filtran hasta que esas atmósferas obscuras se
iluminan en un fragmento de tiempo. Continúa “And Her Eyes Were Painted Gold“,
estructuras multiformes que generan sonidos únicos que remiten a viejas épocas,
es como si las olas de un océano fueran del cosmos, danzarán en un vals junto
con las estrellas, mientras los ojos se iluminan con fragmentos de oro; le
sigue el tercer track “People of the Sticks“, mi amor esta entre las ruinas,
salgo con una cámara para atrapar esos labios rojos lleno de remembranzas,
parece ser que aún no han sido suficientes señales.
Le
damos paso a la magistral pieza “The Specter“. ¿Puedes escuchar que estoy
llamando?. Desde el otro lado de la playa, es mejor que cierres los ojos para
que tus miedos se pudran. El disco gira hasta el siguiente tema, “At Midnight“,
aquí la conjunción vocal que hacen Olga y Jace logran en todo momento ese
efecto sonoro agradable para el oído. Robe tus archivos para borrar todo de mí
y permanecen encerrados en las luces de aquellos sueños a medianoche. Continua
“Catalina“, otra hermosa melodía que inicia tímidamente con un piano y
sintetizadores que envuelven con sonidos contundentes de batería, y las
guitarras que se filtran con la voz de Olga y Jace logran atmósferas con
extrañas texturas espaciales por diversos instantes, melodía de ensueño que
evoca a intentar soñar con un lugar donde todo cambia constantemente entre una
lucha de sueños para evitar quedar atrapado en una mentira.
Sigue
“Colour Yr Lights In“, voy a detener este noche hasta que pueda verte, esperaré
toda una noche y veré de nuevo esas luces que “narra” Jace Lasek con sus
cambios ya característicos de tonos vocales. El disco concluye entre sonidos
densos con “Alamogordo“, con sueños alienígenas necesito encontrar ese lugar
del que muchos hablan, con “ruidos” cósmicos y profundos se crea la atmósfera perfecta para cerrar con broche de oro este estupendo trabajo de The Besnard
Lakes.
Quiero
recorrer galaxias en fracción de segundos, pero en una ambigüedad temporal
permanecer allí por varias horas, por varios años, contemplando ese espacio en donde
esos sonidos celestiales se repitan indistintamente hasta que logre alcanzar
aquello que parece lejano, donde el hielo se derrita lentamente para poder
cruzar esos puentes en el cielo. Cierra tus ojos y sueña