miércoles, 8 de mayo de 2013


Reseña: The Besnard Lakes
Until in Excess, Imperceptible UFO
(Jagjaguwar, 2013)


 Por: Pako Maple 
He permanecido dando vueltas en un sendero obscuro con fragmentos de hielo que se derriten al caminar, me desplazo en una elipse interminable entre líneas sin rumbo, con destinos indefinidos, no sé si es de día o de noche, no importa en este lugar, a veces dentro de toda esa excesiva obscuridad observo al cielo buscando entre tantos tonos monocromáticos algunos objetos luminosos con formas diferentes a esta elipse, objetos que viajen en ese espacio estelar trazando líneas multiformes para poder llegar a todos aquellos lugares a donde nadie ha ido; viajar entre lejanas galaxias hasta encontrar aquella donde todo lo que perdí esté esperando, como cuando no estuve; reproducir todos aquellos sonidos que escuche y transformarlos en pinturas que queden impregnadas por años en cada uno de los lugares por donde me desplazo para no olvidar por donde llegue; reconocer espectros de siluetas difusas que nunca relegué; descubrir colores que no existen aunque iluminen zonas en las que ya no estaré… y seguir “brincando” de una a otra galaxia hasta descubrir ese lugar donde el cielo y la tierra dejaron de existir; recrear atmósferas que se transforman a cada instante formando el ambiente ideal para no perderme cuando todo se torne obscuro de nuevo y seguir por caminos lejanos hasta encontrar algunos puentes en el cielo que sólo he visto en aquellos sueños que quedaron sin concluir; puentes que al principio son obscuros pero que poco a poco mientras camino una tímida luz los ilumina y me acompaña.

Conforme me aproximo al final de aquel lado del puente esa luz es de mayor intensidad creando un ambiente conceptual para que todo trasmute, con sonidos agradables, apacibles, con armonías y coros celestiales que iluminan cada instante pero que por momentos me devuelvan a esa obscuridad, sólo que ahora, ya no será la misma, al menos no como aquella que conocí en esos sueños inconclusos. He permanecido allí, he visto objetos en el cielo llenos de luces que surcan el espacio exterior en donde se reconstruyen elementos idóneos que permiten desplazarme con sonidos cargados con pinceladas de rock psicodélico, low-fi; densos, épicos, celestiales, junto con la sonoridad de diversos instrumentos de donde surgen notas perfectas, sublimes, que me guían por ese sendero con esa sensación de vacíos y llenos, irónicamente, que se conjugan en un lapso de tiempo en donde espléndidas armonías con coros y solos de guitarras a manera de susurros, con una serie de elementos musicales que se entrelazan, forman enormes pasajes visuales y lugares inimaginables en donde nadie más ha estado; ahora viajo por túneles en el cielo a un extraño y agradable lugar.

The Besnard Lakes, una de mis bandas favoritas, regresan con su cuarto disco de estudio, una hermosa obra de ocho melodías que te envuelven en atmósferas contrastantes de luz y obscuridad en una densidad armoniosa, épica, y celestial. Después de diversas colaboraciones que van desde el soundtrack para la película Sympathy for Delicious, la producción de algunas bandas canadienses, y uno que otro EP, regresan este 2013: Jace Lasek como mente maestra en la composición, producción y arreglos, junto con su esposa Olga Goreas y la estupenda familiar compañía de Richard White (guitarra) y Kevin Laing (batería) hacen de este disco una verdadera joya, llena de momentos gloriosos con armonías que elevan esa alma musical que habita en algunos cuantos seres. En esta ocasión colabora con ellos el polifacético y multi-instrumentista Spencer Krug (Wolf Parade, Moonface, Sunset Rubdown, Swan Lake, Frog Eyes) aportando elementos musicales disonantes, perfectos para crear ambientes “extraños”, contribuyendo con sutiles sonidos de marimba y vibráfono, proporcionando una instrumentación diferente y única a este nuevo trabajo de The Besnard Lakes titulado Until in Excess, Imperceptible UFO.

A lo largo de estas melodías logran conjugar una serie de elementos sonoros que trasmutan una parte del cuerpo a lugares insospechados, a lejanos mundos donde sonidos con tintes shoegazer, con “tímidas”, dulces, e inquietantes vocales recorren cual escalofrió en la piel por espacios sinfónicos; melodías épicas magistrales que rompen en un ambiente sonoro casi celestial. Tenía meses que un disco no me producía esa sensación de que todo puede cambiar al cerrar los ojos, que se puede “viajar” al escuchar y saber que al final todo estará bien.  Todo con melodías sofisticadas, elegantes, con una estética espacial que recorren diversos lugares entre galaxias e instantes sonoros llenos de excelentes armonías. Desde la primera canción “46 Satires” se cubren con una “tímida y fría” voz de Olga Goreas, la cual lentamente va derritiendo espacios diversos mientras avanza hasta encontrar ese sentido poético que hace que todo cambie con magníficos solos de guitarras, casi a manera de susurros que se empeñan en congelar los oídos mientras los coros de fondo se filtran hasta que esas atmósferas obscuras se iluminan en un fragmento de tiempo. Continúa “And Her Eyes Were Painted Gold“, estructuras multiformes que generan sonidos únicos que remiten a viejas épocas, es como si las olas de un océano fueran del cosmos, danzarán en un vals junto con las estrellas, mientras los ojos se iluminan con fragmentos de oro; le sigue el tercer track “People of the Sticks“, mi amor esta entre las ruinas, salgo con una cámara para atrapar esos labios rojos lleno de remembranzas, parece ser que aún no han sido suficientes señales.

Le damos paso a la magistral pieza “The Specter“. ¿Puedes escuchar que estoy llamando?. Desde el otro lado de la playa, es mejor que cierres los ojos para que tus miedos se pudran. El disco gira hasta el siguiente tema, “At Midnight“, aquí la conjunción vocal que hacen Olga y Jace logran en todo momento ese efecto sonoro agradable para el oído. Robe tus archivos para borrar todo de mí y permanecen encerrados en las luces de aquellos sueños a medianoche. Continua “Catalina“, otra hermosa melodía que inicia tímidamente con un piano y sintetizadores que envuelven con sonidos contundentes de batería, y las guitarras que se filtran con la voz de Olga y Jace logran atmósferas con extrañas texturas espaciales por diversos instantes, melodía de ensueño que evoca a intentar soñar con un lugar donde todo cambia constantemente entre una lucha de sueños para evitar quedar atrapado en una mentira.

Sigue “Colour Yr Lights In“, voy a detener este noche hasta que pueda verte, esperaré toda una noche y veré de nuevo esas luces que “narra” Jace Lasek con sus cambios ya característicos de tonos vocales. El disco concluye entre sonidos densos con “Alamogordo“, con sueños alienígenas necesito encontrar ese lugar del que muchos hablan, con “ruidos” cósmicos y profundos se crea la atmósfera perfecta para cerrar con broche de oro este estupendo trabajo de The Besnard Lakes.

Quiero recorrer galaxias en fracción de segundos, pero en una ambigüedad temporal permanecer allí por varias horas, por varios años, contemplando ese espacio en donde esos sonidos celestiales se repitan indistintamente hasta que logre alcanzar aquello que parece lejano, donde el hielo se derrita lentamente para poder cruzar esos puentes en el cielo. Cierra tus ojos y sueña


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